palabras de alabanza hacia 'Abdu'l-Bahá

En 1914, The Christian Commonwealth tuvo palabras de alabanza para ‘Abdu’l-Bahá:

“es maravilloso ver la venerable figura del reverenciado líder Bahá’i, paseando por las estrechas calles de esta antigua ciudad (‘Akká), donde vivió durante 40 años como un prisionero político, y notar el profundo respeto con el cual el saludo por los oficiales turcos y los funcionarios de la guarnición, desde el gobernador, quien le visita constantemente y escucha con la mayor atención sus palabras, hacia abajo. El ‘Maestro’ no enseña en Siria como lo hizo en el occidente (Baháu’lláh había prometido al Gobierno tuco que los Bahá’is no enseñarían a la gente de Palestina. El Maestro respetó esta promesa. Ellos solo enseñaban con el ejemplo.), pero va a todas partes haciendo el bien, y musulmanes y cristianos comparten por igual sus dádivas. Desde la salida del sol hasta a menudo la medianoche trabaja, a pesar de su quebrantada salud, sin ahorrar ningún esfuerzo, si hay una injusticia que corregir, o un sufrimiento que aliviar. Para los cristianos que consideran a ‘Abdu’l-Bahá con ojos imparciales y simpáticos, esta maravillosa vida desprendida no puede dejar de evocar aquella cuyo trágico final en el Calvario todo el mundo cristiano recuerda…”.

Adíb

Hájí Mírzá Hasan-i-Adíbu’l-`Ulamá, conocido como Mírzá Hasan, o Adíb, era un eminente seguidor de Bahá’u’lláh. Fue denominado Mano de la Causa de Dios, e identificado como uno de los diecinueve Apóstoles de Bahá’u’lláh.

Mírzá Hasan nació en Talaqán en septiembre de 1848. Su padre era un eminente clérigo islámico, lo que hizo que Mírzá Hasan recibiese su educación en Teherán y Mashad, como era usual. Adíb se convirtió en el líder de la Oración del viernes en el Darul’l-Funun, la primera facultad técnica establecida por el Sháh, donde recibió su título de Adíbu’l-‘Ulamá. En 1874 consiguió trabajo, de parte de un príncipe, y escribió varias enciclopedias.

Tras su conversión a la Fe Bahá’i, fue expulsado de su trabajo. Su aceptación, fue el resultado de muchos amigos, incluyendo a Nabíl-i-Akbar, quien le invitó a que investigase las enseñanzas. En 1889 se declaró oficialmente Bahá’i, y pronto se convirtió en uno de las 4 Mano de la Causa de Dios, designado por Bahá’u’lláh.

Tras el fallecimiento de Bahá’u’lláh en 1892, Mírzá Hasan se convirtió en un personaje fundamental en la lucha contra los Rompedores del Convenio en Irán. Más tarde participó en una serie de reuniones, que desembocaron en la creación de la Asamblea Espiritual Central de Teherán, la cual se convirtió en la Asamblea Espiritual Nacional de Irán, y se convirtió en el presidente de este.

En 1903 viajó hasta Isfahán, donde quedó muy impresionado. Desde ahí, visitó también Shiraz, Bombay, y ‘Akká, donde Abdu’l-Bahá le instruyó a viajar junto a un Bahá’i americano hacia la India y Burma, para ayudar a extender el mensaje de la Fe Bahá’i en esas áreas.

Tras volver a Teherán, falleció el 2 de septiembre de 1919

Un sueño de Varqá

Cuando Varqá fue de peregrinación a la presencia de Bahá’u’lláh, por primera vez, y vio sus ojos, se percató de que él ya había visto esos ojos en otro momento. Después, recordó que cuando era pequeño, él había visto un sueño. En este sueño, mientras Varqá estaba jugando con sus juguetes, vio como Dios mismo (a su juicio) venía y lanzaba sus juguetes al fuego. Al día siguiente, este pequeño niño, corrió a la presencia de sus padres y les relató lo ocurrido. Entonces ellos le dijeron que jamás volviese a decir eso, porque nadie tiene la capacidad de ver a Dios con sus propios ojos. Tras oír a Bahá’u’lláh, se dio cuenta rápidamente de que esa voz, era la misma voz que poseía Dios en su propio sueño.

Badí', Orgullo de Mártires




Badí‘(1852 – 1869), era el título de Mírzá Áqá Buzurg-i-Nishapuri, conocido también por el título de Orgullo de Mártires, era el hijo de `Abdu'l-Majid-i-Nishapuri, un seguidor de el Báb yBahá’u’lláh.

Badí ‘es más conocido normalmente por ser el portador de la carta que escribió Bahá’u’lláh paraNasiri'd-Din Sháh, por la cual fue duramente torturado y asesinado a la temprana edad de 17 años. El calendario Bahá’i, denomindao el calendario Badi’, fue nombrado así en su honor. Él es también uno de los apóstoles de Bahá’u’lláh.

Aunque el padre de Badí’ era Bahai, Badí’ no fue impresionado por esta nueva religión en un principio. Él era un joven rebelde, que se saltaba las reglas, y fue definido por su padre como la desesperación de la familia. Fue durante una reunión con Nabíl-i-A’zam cuando Badí’ oyó un poema sobre Bahá’u’lláh y empezó a llorar. Tras finalizar sus estudios, dejó todas sus posesiones en casa, y marchó a pie hasta Bagdad, donde un gran número de Bahá’is se encontraban perseguidos. Finalmente, fue caminando desde Mosul, pasando por Bagdad hasta la ciudad prisión de ‘Akká.

En ‘Akká, había guardas que defendían la ciudad de los Bahá’is. Para evitarlos, Badí’ se disfrazó de aguador, y consiguió cruzar sin que le parasen, y entonces se dirigió a una mezquita, donde reconoció a ‘Abdu’l-Bahá y le entregó una nota. Badí’ tuvo dos encuentros con Bahaullah, y allí le fue entregada la tabla Lawh-i-Sultán, que hizo llegar a Nasiri'd-Din Sháh. Fue decidido que recibiese la tabla en Haifa para evitar que los oficiales otomanes le capturaran. Desde allí viajó durante 4 meses a pie hasta Teherán.

Tras tres días de ayuno, Badí’ llegó a la residencia veraniega del Sháh, y el Rey llegó a su presencia tras cazar. Badí’, tranquilo, calmado, y con mucho respeto dijo: “¡Oh Rey!, he venido a entregarle un mensaje muy importante”. Tras eso, Badí’ fue arrestado, y durante tres días, le marcaron la piel con hierro candente, le golpearon la cabeza con el culo del rifle hasta que se la hicieron puré, y después lo tiraron a un zulo, y lo taparon con piedras y tierra.

Una foto conocida de Badí’ es esa en la que se encuentra durante su tortura, sin mostrar ninguna emoción.







¡Hasta donde se puede llegar...!

Varqá llegó del viaje de vuelta, desde Tierra Santa, hasta Tabríz (Irán). Tenía una suegra llamada Sháhzaván Khánum, que le odiaba profundamente, porque al pedirle la mano de su hija, no era Bahá’i, pero al tiempo de casarse, Varqá reconoció a la Bendita Belleza. Varqá estaba decidido a divorciarse de su mujer, con el fin de librarse de su suegra. Mírzá Abdu’lláh khán, su suegro, le aconsejó que se marchase de la ciudad. Cuando la suegra se enteró de que Varqá se marchaba, le ordenó a su sirviente, Khalil, que asesinara a su propio yerno, y le ofreció como recompensa, un caballo y 250 tumanes persas (una gran cantidad de dinero en esa época), sin saber que su propio sirviente, Khalil, era Bahá’i, y éste fue a la presencia de Varqá, y le relató lo sucedido. Varqá, con mucha tristeza, se desprendió de todas sus tablas, oraciones y escritos, lanzándolos por la ventana, por miedo a que ésta los requisara, y con las manos vacías, salió de su casa, pero al salir de su casa, y percatándose de que la suegra no había visto los escritos, fue velozmente y recogió con ansia todas las pertenencias que había lanzado por la ventana, y marchó a casa de un Bahá’i que residía en la misma ciudad. Su suegra, cuando se enteró de su huida, fue rápidamente a encontrarse con uno de los grandes imames de la ciudad, y pidió que se ordenase su muerte. Pero este imam, hizo caso omiso a lo que dijo Sháhsavan Khánum, pidiendo que le diese razones para que se llevase a cabo dicha ejecución. Ella, viendo que no tenía ninguna razón de peso, y que éste le ignoraba, marchó a casa y cogió a su nieto, el hijo de Varqá, Rúhu’lláh, y lo llevó junto al imán, y le pidió a su nieto que entonase unas oraciones y tablas, pensando que esto haría que el imam ordenase la muerte de su yerno. Rúhu’lláh, con una voz preciosa, comenzó a entonar la oración obligatoria larga, y prosiguió cantando otras oraciones. El imam, que era justo, se negó a dar la orden de ejecución de Varqá, y dijo, no exactamente con estas palabras, pero si con ese significado:

“Esto que acabo de ver, la capacidad de este Varqá, de educar a este niño de semejante manera, es la razón por la cual niego su petición de ejecutarle”

El suegro de Varqá, viendo la crueldad de su mujer, que había sido capaz de llevar a su propio nieto como prueba para ejecutar a su yerno, se divorció inmediatamente de ella.

La historia de la enseñanza de la Fe a Mírzá Abu’l-Fadl-i-Gulpáygání

Un día, mientras Mírzá Abu’l-Fadl-i-Gulpáygání estaba de viaje (en esta época de su vida no era Bahá’i), se paró en la acera, mientras esperaba que a su burro le pusiesen las herraduras. Entonces el herrero le preguntó: “Señor, quiero hacerle una pregunta que para mi es muy difícil de entender, y es que no entiendo porque los Imanes Chiíes dicen esto, y estoy seguro de que usted me podrá ayudar”. Mírzá Abu’l-Fadl-i-Gulpáygání asintió, y el herrero dijo “he escuchado que dicen (los imames Chiíes) que cuando la lluvia que cae es una bendición de Dios, y que cada gota de lluvia posee un ángel. ¿Usted ve creíble este hadiz (islámicamente representa los dichos y las acciones del profeta Mahoma relatadas por sus compañeros y compiladas por aquellos sabios que les sucedieron.)?” a lo que Mírzá Abu’l-Fadl-i-Gulpáygání respondió, “si, yo he escuchado este hadiz, es verídico, claro”. Y el herrero prosiguió diciendo “y existe otro hadiz que dice que los perros son sucios, y dice que en las casas en las que haya un perro, los ángeles no entraran, ¿es cierto esto?” a lo que respondió “si, por supuesto, es cierto”. Mientras este herrero colocaba las herraduras, pensativo replicó: “entonces, en las casas en las que haya un perro, no debería llover, sin embargo cuando llueve, la lluvia cae en todos sitios por igual, ¿cómo es esto? ¿Me lo podría explicar?”. Entonces Mírzá Abu’l-Fadl-i-Gulpáygání, tras esta difícil cuestión, que no pudo responder, se enfadó consigo mismo por no poder contestar esta pregunta.

Las personas que se encontraban alrededor de Mírzá Abu’l-Fadl, le dijeron que no se preocupara, que éste hombre era Babí, y había perdido su camino. Esta persona, llamada Ostad Husayn-i- Nalvand, fue la persona que enseñó la Fe a ésta gran perla de la Fe, que más tarde se convirtió en un Apóstol de Bahá’u’lláh, y que Abdu’l-Bahá calificó Abu’l-Fadl, que significa padre de la ciencia.

Una muestra de la Grandeza de el Báb

Una noche, Mirzá Ibrahim-i-Nahrí, padre de Sultán-i-Sháhádá y Mahbúb-i-Sháhádá (dos personas que fueron ejecutadas de manera muy cruel en Isfahán) dio una cena en su casa, e invitó a el Báb también, para mostrarle su amor hacia él y mostrarle hospitalidad. Esa misma noche, el Báb, preguntó a Mirza Ibrahim-i-Nahrí si su hermano (Áqá Mirzá Muhammad-i-Alí) tenía hijos, a lo que él respondió que no. El Báb entonces, en muestra de gratitud, le dijo que tendría hijos, quedando su mujer embarazada al poco tiempo de una bella muchacha. Esta mujer, fue Munírih Khánum, título que recibió de parte de Bahá’u’lláh, la actual mujer de Abdu’l-Bahá.

Una gran actuación de Varqá

En el año 1299 después de la hégira, según el calendario lunar, Abdu’l-Bahá le ordenó a Varqá que marchase a la casa de Mírzá Mahmúd y recogiese el único retrato que existía de el Báb, que fue realizado por Áqá Bálábeiq-i-Nakgashbáshi el padre de Mírzá Mahmúd, y lo trajese a Tierra Santa de nuevo.

Anécdota de Varqá

Un año antes del fallecimiento de Bahá’u’lláh , Varqá, con dos de sus hijos, Rúhu’lláh y Azizu’lláh, viajaron a pie a Tierra Santa, y pidieron poder ver a su amado, Bahá’u’lláh. De las notas de su hijo Valiú’lláh Khán, se puede leer: “Una noche, Bahá’u’lláh, caminando, en Bahjí, le dijo a mi padre: “Dios da un poder a algunos de sus vástagos, de forma que ellos pueden superar cualquier prueba que se les ponga por delante”, y pusieron un ejemplo:” Por ejemplo, Jesucristo era una de esas personas que poseía dicho poder, pero la gente pensaba que Él no era más que un pobre, y lo crucificaron. Pero dicho poder que Cristo poseía, movió el mundo. Ahora, dicho poder del que estamos hablando, reside en Abdu’l-Bahá”. Mi padre, al oír estas bellas palabras, decidió dedicar su vidaen continuo servicio y devoción a Abdu’l-Bahá, tanto que incluso aceptó ser ejecutado por amor a Él”.

Un cuento con moraleja


De los escritos de Hájí Amín (Mullá Abu’l-Hasan-i-Ardikáni), voy a relatar una historia sobre Hájí Muhammad-i-Baqír, (que tenía un hermano llamado Javád-i-Qasvini,que era rompedor del Convenio).

Este hombre, era una persona de ascendencia pobre, y le insistía continuamente a Bahá’u’lláh que le donara riqueza, y tras pedirlo en demasía, Éste accedió. Este hombre recibió repentinamente grandes sumas de dinero, y por esta razón, su ego creció y creció exponencialmente.

El mismo Hájí Amín visitó Estambul para recoger el Huqúqu’lláh de los Bahá’is de allí, y se percató de que el materialismo y el ego de esta persona había crecido mucho, y dijo que se avergonzaba de repetir las palabras que habían salido de la boca de Hájí Muhammad-i-Baqír. Tras esto, marchó y relató a la Bendita Belleza lo que había visto. Entonces, mientras caminaban, y hablaban sobre este hombre, Bahá’u’lláh, al oír lo que le relató Hájí Amín, levantó su brazo derecho con mucha fuerza y poder, y aclamó que con esa mismo mano le había dado grandes riquezas, y que con esa misma mano le despojaba de todas ellas, y acto seguido retiró el brazo y cerró el puño con firmeza, y en voz muy alta dijo algunas frases.

No pasó mucho tiempo hasta que Hájí Muhammad-i-Baqír cayó en quiebra y perdió todo lo que poseía, e incluso, una vez que había perdido todas estas riquezas, aceptó tales hechos y se retractó de todo lo que había hecho, y comenzó una vida de amor y llena de servicio.

Mishkín-Qalam




Mírzá Husayn-i-Isfahání, calificado como Mishkín-Qalam, que significa pluma perfumada de almizcle, o pluma negra como el azabache , era un prominente Bahá’i, a la par que un importante calígrafo y astrónomo del siglo XIX. Este importante personaje, es el autor de “El más Gran Nombre” , usado por los Bahá’is alrededor del mundo.

Mishkín-Qalam nació en Shíráz, pero vivió en Isfahán, ciudad donde conoció primeramente la Fe Bahá’i. Años mas tarde viajó a Baghdad, conociendo más sobre la Fe con Zaynu’l-Muqarrabín y Nabíl-iA’zam, pero no confirmó que era Bahái hasta que viajó a Adrianópolis y tuvo un encuentro con Bahá’u’lláh. Antes de convertirse en un Bahá’i, Mishkín-Qalam era un sufí de la orden Ni’matu’lláhí.

Abdu’l-Bahá llamó a este calígrafo como Mir `Imád, un calígrafo del siglo XVI de la dinastía Safavid, quien es quizás el calígrafo más célebre de la historia de Irán.

Mishkín-Qalam escaló rápidamente puestos en la corte ministerial de Teherán, y era conocido en toda la corte por dominar todos los tipos de caligrafía. Cuando E.G.Browne estuvo en Persia, admiró los trabajos de Mishkín-Qalam, escribiendo muchas cosas sobre él.

Cuando Mishkín-Qalam visitaba a Bahá’u’lláh en Adrianópolis, escribía la frase Yá Baha’u’l-Abhá (Oh Gloria del más Glorioso) de muchas maneras diferentes, algunas con forma de pájaro, y las enviaba a todos sitios. Una de las maneras que utilizó Mishkín-Qalam para dar forma a esta frase, es uno de los tres conocidos símbolos Bahá’is, conocido como El Más Gran Nombre.

Mishkín-Qalam fue enviado por Bahá’u’lláh a Constantinopla, la actual Estambul, donde él empezó a atraer a la gente mediante su arte, y su vigorosa enseñanza de la Fe Bahá’i. El embajador de Persia empezó a insistir a los visires del Sultán para que lo encarcelaran, y al poco tiempo sus deseos fueron complacidos. Cuando Bahá’u’lláh fue exiliado a `Akká, Mishkín-Qalam fue exiliado a Chipre con los seguidores de Subh-i-Azal, donde fue prisionero en Famagusta desde 1868 hasta 1877.

Chipre se independizó del Imperio Otomano, y Mishkín-Qalam fue Absuelto. Viajó a `Akká a pie en 1886, y permaneció allí hasta que Bahá’u’lláh falleció en 1892, tras lo cual viajó a Egipto, Damasco e India. Vivió en la India hasta 1905, y regresó a Haifa hasta 1912, año en el que falleció.

Ibn-i-Abhar



Hájí Mírzá Muhammad-Taqí, conocido como Ibn-i-Abhar, era un fiel seguidor de Bahá’u’lláh. Fue denominado Mano de la Causa de Dios, e identificado como uno de los diecinueve apóstoles de Bahá’u’lláh.

Ibn-i-Abhar nació en la pequeña ciudad de Abhar. Su padre procedía del ilustre clero islámico que lideraba la ciudad, y se convirtió en un Babí tras leer los escritos de el Báb, con tan solo 15 años. Tras la persecución a la que se vieron sometidos él y su familia, se movieron a Qazvín, donde en 1868 se convirtieron en seguidores de Bahá’u’lláh.

En 1874, su padre fue envenenado. Ibn-i-Abhar comenzó a viajar a diferentes partes de Irán, donde enseño la causa a muchos Babís, quienes aceptaron a Bahá’u’lláh. Su ímpetu de enseñanza le llevó al encarcelamiento durante 14 meses. Tras su absolución, continuó viajando a lo largo de Irán, y en 1886 viajó a ‘Akká. Ese mismo año se convirtió en uno de las 4 Manos de la Causa de Dios, designado por Bahá’u’lláh, y comenzó una larga travesía por Irán, el Caúcaso, Turkmenistán y la India.

Desde 1890 hasta 1894 fue encarcelado en una mazmorra en Teherán, soportando las mismas cadenas y grillos que llevó Bahá’u’lláh cuando estuvo encarcelado allí.

Tras salir de la mazmorra en 1894, regresó a ‘Akká y después a ‘Isjqábád. En 1897 participó en un encuentro que sirvió para formar la Asamblea Espiritual Central de Teherán, que después se convirtió en la Asamblea Espiritual Nacional de Irán.

En 1907 cruzó la India con Mírzá Mahmúd-i-Zarqání y dos Bahá’is procedentes de América, Harlan Ober y Hooper Harris.

Ibn-Abhar se casó con la hija de Hají Ákhúnd. Su mujer fue la pieza central de la formación de un colegio para mujeres en Teherán.

Durante su vida, le fue permitido visitar Tierra Santa en 11 ocasiones, y viajó mucho por toda Persia, falleciendo en el año 1917.

Hájí Amín



Mullá Abdu’l-Hasan-i-Ardikáni, llamado Amín-i-lláhí, pero mejor conocido como Hájí Amín (1831 – 1928) era un eminente seguidor de Bahá’u’lláh. Amín sirvió a la Fe como tesorero del Huqúqu’lláh, y fue póstumamente denominado Mano de la Causa de Dios por Shoghi Effendi, y fue reconocido como uno de los 19 apóstoles de Bahá’u’lláh.

A los 17 años, se casó con una mujer Babí, en la ciudad de Ardikán, cerca de Yazd, Irán. Cuando las buenas nuevas de la revelación de Bahá’u’lláh llegaron, Hájí Amín aceptó inmediatamente su Fe y viajó por todo el Imperio persa, enseñando el nuevo mensaje.

Era un hombre muy versado, y estuvo toda su vida leyendo y escribiendo cartas para los iletrados conforme viajaba. Era conocido por recolectar muchas cartas que todos los Bahá’s le querían enviar a Bahá’u’lláh, y también por entregar a distintos creyentes las tablas que Bahá’u’lláh les enviaba.

Hájí Amín viajó por sus propios medios a ‘Akká, y se convirtió en el primer Bahá’i extranjero en ver a Bahá’u’llah, volviendo en varias ocasiones a la presencia de su Amado. Cuando Hájí Shah-Muhammad Manshadi fue asesinado en 1880, Hájí Amín se convirtió en el tesorero del Huqúqu’lláh.

Varqá



Varqá, llamado Mírzá ‘Alí-Muhammad (1896), fue un eminente seguidor de Bahá’u’lláh. Varqá fue denominado como Mano de la Causa de Dios por Abd’ul-Bahá, e identificado como uno de los 19 Apóstoles de Bahá’u’llah. Bahá’u’lláh escribió una tabla dirigida a Varqá, trantando la alta estación que tienen los mártires.

Varqá es bien conocido como el padre de Rúhu’lláh. Los dos, de entre una gran lista de personas, en ser martirizados en 1896 por las autoridades en Irán por ser Bahá’is.

El ejecutor, Hajibu’d Dawlih, estaba particularmente enfurecido con sus prisioneros, y trajo a Varqá y Rúhu’lláh a una habitación interior. La calma con la que VArqá respondia a las prguntas que lanzaban sus captores, saco de quicio a éstos. El ejecutor le clavó una daga en el pecho a Varqá, y preguto “¿cómo estas?”, a lo que Varqá contestó, “sintiéndome mejor que usted”. Hajibu’d Dawlih le preguntó entonces por la persona que debería de morir primero, Varqá, o su hijo, a lo que éste respondió “para mi es lo mismo”.

Hajibu´d Dawlih, junto a cuatro de sus hombres, comenzó entonces a desgarrar el cuerpo de Varqá en frente de su propio hijo. ´tras eso, a Rúhu’lláh le fue ofrecido ser adoptado, buena educación, y una buena posición en el gobierno, pero éste contestó que quería encontrarse con su padre. Al escuchar esto, Hajibu’d Dawlih estranguló a Rúhu’lláh hasta la muerte. Tras morir, el cuerpo de Rúhu’lláh cayó al suelo junto al de su padre, pero repentinamente se puso en pie, y falleció varios metros más allá. Esto asustó mucho a Hajibu’d Dawlih, tanto que salió corriendo y gritando de la habitación.

Mírzá Musá




Mírzá Musá, llamado Áqáy-i-Kalím (1887) era el único hermano de Bahá’u’lláh que compartía la misma madre y el mismo padre. Shoghi Effendi lo calificó como uno de los Apóstoles de Bahá’u’lláh.

La vida de Mírza Músá estaba tan ligada a la de Bahá’u’lláh, que su vida y antepasados son el espejo de la vida y viajes de Bahá’u’lláh mismo. Él fue una parte importantísima en la correspondencia entre los Bahá’is y Bahá’u’lláh. Experimentó el mismo encarcelamiento, exilio, asaltos, y circustancias degradantes que recibieron todos los miembros de la familia de Bahá’u’lláh y Abdu’l-Bahá. En la historia de la causa, Mírzá Músá destaca como un seguidor fiel y leal hasta el final de su vida.Bahá’u’lláh utilizó a Mírzá Músa como un ejemplo para enseñar el respeto y la obediencia a las leyes de Dios.

El hijo de Mírzá Músá, Mirza Majdi’d-Din, transcribió durante un tiempo las Tablas de Bahá’u’lláh, pero después se volvió el mayor enemigo de Abdu’l-Bahá, apoyando a Mirza Muhammad, el rompedor del Convenio.

Haji Ákhúnd


Ḥají Mullá `Alí-Akbar Shahmírzádi, conocido como Haji Ákhúnd (1842 - 4 marzo de 1910), fue un eminente seguidor de Bahá'u'lláh. Fue denominado Mano de la Causa de Dios, y nombrado como uno de los 19 Apóstoles de Bahá'u'lláh. Haji Ákhúnd nació en la ciudad persa de Shahmírzád. Era hijo de un Mullá, y después de sus estudios primarios, viajó a Mashad para asistir a una universidad religiosa. En 1861, conoció a los Babís, y se convirtió a la religión Babí, lo que causó su inmediata expulsión de la universidad y de la ciudad. Al retorno a su ciudad natal, fue expulsado también por el clero local. Se asentó en Teherán, donde aceptó el mensaje de Bahá'u'lláh, y se hizo Bahá'i. Esta escrito que cuando había un ataque contra los Bahá'is en teherán, él se abrigaba con su capa, y aguardaba sentado a que los guardas viniesen y le arrestaran. Fue arrestado muchas veces en Teherán: En 1872 fue arrestado durante 7 meses por Nayibu's-Saltannih, en 1882 fue encarcelado durante dos años por Nayibu´s-Satanih, en 1886 por orden del Mullá 'Ali Kani, en 1887, y en 1891 dos años por oden de Hají Amín. Haji Ákhúnd visitó 'Akká, donde Bahá'u'lláh y su familia estaban encarcelados, en tres ocasiones: 1873, 1888 y 1899. A él le fue dado el encargo de mover los restos de el Báb de distintos sitios a 'Akká, donde estuvo durante muchos años, hasta que fue enterrado en el Mausoleo del Báb. Él fue nombrado Mano de la Causa, asignado por Bahá'u'lláh mismo, y fue responsable de las actividades que hizo la comunidad Bahá'i en Irán, hasta finalmente murió el 4 de marzo de 1910.

Introduccion

Hola a todos los lectores de este blog.

Soy Daniel Mantas, y he creado este blog para que todos aquellos que somos hispano hablantes, obtengamos una manera sencilla de leer sobre la historia bahá'i, y sobre las grandes figuras de la citada fe a nivel mundial.
Es para mi un honor ver que ayudo a la gente haciendo esto.
Espero que les guste y sea de su agrado, muchas gracias

Sobre este blog

Bahá'i historia, el blog que cuenta la historia de grandes personajes de la Fe Bahá'i a nivel mundial, y anécdotas de sus vidas

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