SHAYKH AHMAD-I-AHSÁ’Í (1743-1826)


Shaykh Ahmad-I-Ahsái’ì , el fundador de la escuela Shaykhí pertenecía a la antigua tribu de Banú-Sakhr, y su familia era oriunda de la región de Ahsá en el continente arábigo. Su padre era Shaykh Zayni’d.Dín y Bahrein había sido su hogar. Shaykh Ahmad visitó en primer lugar Najaf, donde está situada la Tumba de Alí, el primer Imán primo y yerno del Profeta Mahoma. Después en Karbilá, cerca del Santuario del martirizado Husayn, el tercer Imán, comenzó a predicar y se congregó a su alrededor un círculo de ansiosos estudiantes. Solicitó a los principales teólogos shiítas de las ciudades santas de Irak que le concedieran una licencia que le diera el reconocimiento como mujtahid por derecho propio, es decir un sacerdote con poder para interpretar y prescribir. Todos ellos declararon que consideraban a Shaykh Ahmad como un hombre de conocimiento y talento superior al suyo propio, y que su recomendación se escriba únicamente a petición suya.

La fama de Shaykh Ahmad se extendió pronto por todo Irán. Fath-‘Alí Sháh (reinando 1797-1834) y Mamad-‘Alí Mirzá”, un hijo del Sháh que ostentó de por vida el cargo de gobernador de Kirmánsháh, estaban especialmente deseosos de conocerlo. Pero Shaykh Ahmad prefirió ir a Irán por la ruta de Búshihr en el sur, antes que por la ruta más cercana y accesible de Kirmánsháh en el oeste. Desde Búshihr se dirigió a Shiraz y de allí a Yazd, en donde permaneció varios años. Siyyid Kazím-i-rashtí, un joven casi adolescente que compartía las mismas ideas, se le unió allí alrededor de 1231 d.H. (1815 – 1816). Shaykh Ahmad entonces estaba haciendo sus últimos preparativos para ir de peregrinaje a la ciudad santa de Mahhad, antes de su visita a Teherán. Recibió a Siyyid Kazím con gran afecto y le pidió que permaneciera en Yazd para continuar su paciente trabajo de largos años. En Mashhad, y más tarde en Teherán, Shaykh Ahmad recibió grandes muestras de respeto y reverencia.

Finalmente, Siyyid Kazím viajo hacia el norte para estar en su compañía y juntos fueron a Kirmansháh, pues el príncipe-gobernador había implorado urgentemente a su padre que dejara a Shaykh Ahmad visitarle. Permanecieron en Kirmánsháh mientras vivió el gobernador: Tras su prematura muerte, partieron hacia Karbilá, donde Shaykh Ahmad predicó y enseñó con un celo constante, con un poder nada mermado por su avanzada edad. Tenía poco más de ochenta años cuando se puso en camino a la Meca y Medina. Ya no volvió de ese viaje y se encuentra enterrado en el famoso cementerio de Bagi en las proximidades de la tumba del profeta Mahoma.

El tema constante de Shaykh Ahmad era el próximo advenimiento del Libertador de los Últimos Días, prometido al mundo del Islam. El Qa’ìm de la Casa de Mamad o el Mihdí. En el trascurso de su último peregrinaje a las ciudades santas de Arabia le dijo a un mercader de Isfashan que estaba con él “Tu alcanzarás la presencia del Báb, salúdale de mi parte” Shaykh Ahmad no creía en la resurrección física ni en el ascenso físico del Profeta Mamad al cielo en la noche en que el Ángel Gabriel Le llevó a ver el mundo celestial. Shaykh Ahmad mantenía que el Mi’ráj fue una experiencia del espíritu. Además afirmaba que los signos y portentos de la venida del Qá’im, que habían dado el Profeta y los Imanes, eran de carácter alegórico, esto y otras doctrinas similares eran anatema para los ortodoxos, pero mientras Shaykh Ahmad vivió, el patronato real silenció su critica hostil.


Fuente:Hasan M. Balyuzi: “El Báb. El Heraldo de la Nueva Era”

0 comentarios:

Publicar un comentario

Sobre este blog

Bahá'i historia, el blog que cuenta la historia de grandes personajes de la Fe Bahá'i a nivel mundial, y anécdotas de sus vidas

Contactar

Si alguien deseare contactar conmigo para hacer alguna pequeña aportación, sugerencia o pedido, puede dirigirse a mi correo: bahaihistoria@gmail.com
Muchas gracias, espero sea de su agrado