Mirzá Aqá Ján (Khadem’u’lláh-i-Kashaní)

Esta historia se relata en Bagdád, y cuenta la historia de Mirzá Áqá Ján, amanuense de Bahá’u’lláh.

Mirzá Áqá Ján era originario de Káshán y fue allí donde oyó sobre la Fe. Inmediatamente se hizo bahá’i, y se fue a Tehrán. En Káshán era vendedor de Jabones y esta es la historia de cómo conoció la Fe.

Un día, en su tienda, entró una señora babí a comprar jabón, y mientras este medía el jabón, la señora le dijo: “hazlo con “perfección”*”. fue entonces cuando Mirza Áqá Ján replicó: “Tranquila que lo he hecho con perfección”. Ante esto, la señora contestó: “¿Y cómo es posible que la perfección haya llegado a la Tierra y tú aún no le conozcas?”. Tras esto, cogió su jabón, y se marchó.

Mirza Áqá Ján fue realmente tocado por este comentario que hizo esta anciana, y le estuvo dando muchas vueltas a la cabeza, hasta que decidió ir corriendo a buscar a la señora, lleno de curiosidad. Al alcanzarla, le espetó: “¿qué quería usted decir con ese comentario?”. “Mi intención era que esta Perfección ha llegado a la Tierra y tú aún no le conoces” dijo la señora. “¿Y quién esta Perfección?” Preguntó Mirza Áqá Ján, y la señora le invitó a que conociera a algunas personas para hablar con ellas. Al encontrarse con ellas, y hablar sobre la llegada de el Báb. Allí aceptó la Fe, y marchó a Tehrán a ver a Bahá’u’lláh, pues su corazón no aguantaba ni un segundo más.

Ya en Tehrán, ahorró algo de dinero para marcharse a Bagdád y ver a la Bendita Belleza, pero antes de que Bahá’u’lláh se declarara como el Prometido de todas las épocas, Mirzá Áqá Ján ya recibió el título de Khadem’u’lláh (siervo o servidor de Dios), y fue escogido para ser amanuense de Bahá’u’lláh.

Durante el resto de la vida de Bahá’u’lláh, Mirza Áqá Ján fue Su amanuense. Pero en cuanto se leyó el Testamento de Bahá’u’lláh, Mirza Áqá Ján resbaló en el Convenio, sin aceptar a Abdu’l-Bahá y marchándose con Mirza Muhammad Alí, y fue causante de mucho sufrimiento para Abdu’l-Bahá.

Uno de los ejemplos de las cosas que hizo fue acampar delante de la tumba de Bahá’u’lláh y no permitir que ningún creyente visitase la tumba del Amado.

Este hombre, con un rango tan elevado durante la vida de Bahá’u’lláh, con el título de siervo de Dios, se desvió tanto del Convenio, que hizo sufrir a la Causa en un grado casi indescriptible.

Esto una clara prueba de que hasta las personas más cercanas a los Profetas, y aquellos con rangos tan elevados, son probados por Dios, y todos, sin excepción, pueden no superarla…

* Perfección en persa tiene varios significados. Significa tanto Perfección, de hacer un buen trabajo, como Profeta y Dios. Es por esto que la señora utiliza el doble sentido a la palabra Perfección, y Mirzá Áqá Ján no lo entendió.

Fuente:

Libro: Iadegar

Escrito por Eshragh Khávarí

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