De los escritos de Hájí Amín (Mullá Abu’l-Hasan-i-Ardikáni), voy a relatar una historia sobre Hájí Muhammad-i-Baqír, (que tenía un hermano llamado Javád-i-Qasvini,que era rompedor del Convenio).
Este hombre, era una persona de ascendencia pobre, y le insistía continuamente a Bahá’u’lláh que le donara riqueza, y tras pedirlo en demasía, Éste accedió. Este hombre recibió repentinamente grandes sumas de dinero, y por esta razón, su ego creció y creció exponencialmente.
El mismo Hájí Amín visitó Estambul para recoger el Huqúqu’lláh de los Bahá’is de allí, y se percató de que el materialismo y el ego de esta persona había crecido mucho, y dijo que se avergonzaba de repetir las palabras que habían salido de la boca de Hájí Muhammad-i-Baqír. Tras esto, marchó y relató a la Bendita Belleza lo que había visto. Entonces, mientras caminaban, y hablaban sobre este hombre, Bahá’u’lláh, al oír lo que le relató Hájí Amín, levantó su brazo derecho con mucha fuerza y poder, y aclamó que con esa mismo mano le había dado grandes riquezas, y que con esa misma mano le despojaba de todas ellas, y acto seguido retiró el brazo y cerró el puño con firmeza, y en voz muy alta dijo algunas frases.
No pasó mucho tiempo hasta que Hájí Muhammad-i-Baqír cayó en quiebra y perdió todo lo que poseía, e incluso, una vez que había perdido todas estas riquezas, aceptó tales hechos y se retractó de todo lo que había hecho, y comenzó una vida de amor y llena de servicio.
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