‘Alí-Akbar Furútan era una de las figuras mas aclamadas en el mundo Bahá’i. Influyó en muchos corazones a lo largo de su vida, mediante su amor, su sabiduría y su humor. Fue denominado Mano de la Causa de Dios, y en el momento de su fallecimiento, ya solamente quedaban dos con vida.
El señor Furután nació en Sabzizárí, en Irán, el 29 de abril de 1905. Por culpa de los malos tratos que recibió el padre del señor Furútan, se mudaron a Ashkhabad, en Rusia, que ahora forma parte de Turkmenistán, donde el pequeño ‘Alí pudo asistir a un colegio Bahá’i.
Como un joven, obtuvo una beca para asistir a la universidad de Moscú, donde realizó dos carreras, psicología y magisterio. Tras finalizar, en 1930, fue expulsado de la Unión Soviética en una oleada de ataques por parte del gobierno hacia las distintas religiones. A raíz de esa expulsión, ‘Ali siempre le tuvo un gran aprecio a la gente de esa zona.
A su vuelta a Irán, se casó con Ataie Azíz-Khurásání en 1931. Se mudaron a Sayán, donde ‘Ali abrió dos colegios Bahá’is, uno para chicas, y otro para chicos, al cual asistieron 700 personas.
Pero jugó un papel aún más importante en la administración de la Comunidad Bahá’i iraní, mudándose a Teherán tras ser elegido como miembro de la Asamblea Espiritual Nacional de Irán, en 1933. Sirvió también en la Asamblea Espiritual Local de Teherán, y era secretario de ambas. Durante el primer peregrinaje del señor Furután, en 1941, Shoghi Effendi le elogió por su gran trabajo de servicio a dichas Asambleas, y le dijo: “Tus servicios son ahora nacional y local, y se convertirán en mundial en el futuro”.
En 1946, el “Iranian Radio and Broadcasting Service” le invite para que diese una serie de charlas sobre la educación de los niños. ‘Ali ha escrito varios libros, sobre la educación de los niños y sobre la Fe Bahá’i. Sus memorias, tituladas Hakáyat-i-Dil (la historia de mi corazón), han sido publicadas en persa y en inglés.
Fue designado como Mano de la Causa de Dios, en 1951. Desde el comienzo de la Cruzada de Diez Años, ‘Ali estuvo viajando por todo el mundo, y asistió a las cuatro conferencias Intercontinentales Bahá’is.
Sus 24 años como miembro de la Asamblea Espiritual Nacional de Irán llegaron a su fin en 1957, cuando, tras el fallecimiento del Guardián, él era uno de los nueve seleccionados para que residiesen en Tierra Santa, tras lo cual se creo la Casa Universal de Justicia.
En el año 1963, cuando la Casa Universal de Justica fue elegida, ‘Ali estableció su residencia allí hasta su fallecimiento, pero continuo viajando mucho alrededor del mundo. Viajó a África, América, Asia, Australia y Europa, extendiendo el mensaje de Bahá’u’lláh por todos los rincones del mundo.
En 1990 fue a Rusia, para asistir a la elección de la Asamblea Espiritual de Moscú, y al año siguiente fue para ver cómo se formaba la Asamblea Espiritual Nacional, después de 60 años de parón, por culpa del Gobierno.
Falleció a la edad de 98, por causas naturales, pero hasta esa edad siguió manteniendo reuniones con los peregrinos, y dando charlas. Falleció el día del Convenio, un momento muy importante para un hombre cuyo mayor anhelo fue enseñar la Fe.
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