Shaykh Abid era un maestro iraní que impartía clases en la escuela. Cuando el Báb declaró Su Misión, Shaykh Abid creyó en Él. Cuando le preguntaron “¿por qué crees en el Báb?”, el contestó: “A parte de por sus Versos Sagrados, otra razón es que yo era Su profesor, y ya era obvio, aun siendo niño, que era distinto de los otros chicos. A todos los niños les gustaba jugar, mientras que Él prefería hacer las actividades y sus deberes. Algunos días llegaba tarde a la clase. Cuando yo le preguntaba el por qué de su tardanza, el bajaba la cabeza y no decía nada. En diferentes ocasiones, yo enviaba a mis alumnos para que le espiasen, y así descubrir la razón de sus retrasos. Cuando arribaban mis alumnos, les preguntaba “¿qué hacía el Báb?”, y los alumnos contestaban: “Él estaba rezando en la mezquita.” Un día, le dije: “Eres solo un pequeño niño de 9 años. La Oración Obligatoria no es obligatoria a tu edad. ¿Por qué rezas tanto?” Él contestó: “Quiero ser como Mi Abuelo”. El Báb se refería a que quería ser como Su Sagrado Muhammad (Mahoma).”
Shaykh Abid decía también: “Cada semana, un alumno invitaba al resto a su casa, y cada uno iba a su jardín a jugar. Cuando todos comenzaban a jugar, Él se retiraba debajo de un árbol, y comenzaba a orar. Todos los frutos secos y las chucherías que traía, Las repartía a todos sus compañeros. Nunca se peleó con otro compañero. Aunque los alumnos acudían a mí para hablar mal de otros alumnos, nunca oí a ninguno de ellos hablar mal sobre el Báb. Viendo todo esto, y leyendo estos Versículos Sagrados, estoy convencido de que Él es la Manifestación de Dios.”
Fuente: “Kawakibud’Dorrieh” Vol. 1.
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