Shaykh Ahmad b. Zayn ad-Dín b. Ibráhím al-Ahsá’I era el fundador de una escuel Chií en los imperios Persa y Otomano, cuyos seguidores son conocidos como Shaykhís.
Era un nativo de la región de Al-Ahsa (al este de la Península Arábica), educado en Bahrein, y en los centros teológicos de Najaf y Karbilá en Iraq. Sus últimos veinte años de su vida los pasó en Irán, y recibió la protección del príncipe de la dinastía Qajar.
Muy poco hay escrito sobre la niñez de Shaykh Ahmad, excepto que nació en Ahsa, en una familia Chií, que ancestralmente había sido Sunni. Nabíl-i-A’zam, un historiador Bábí, relata su despertar espiritual así:
“Observó cómo los que profesaban la fe del Islam habían roto su unidad, consumido su fuerza, pervertido su propósito, y degradado su santo nombre. Su alma se llenó de angustia a la vista de la corrupción y la lucha que caracteriza a la secta chiíta del Islam. Abandonando su casa, en una de las islas de Bahréin, en el sur del Golfo Pérsico, se propuso, desentrañar los misterios de los versículos de las Escrituras Islámicas, que prefiguran la llegada de una nueva Manifestación. No ardía en su alma la convicción de que ninguna reforma, dentro de la fe del Islam, podría lograr la regeneración de este pueblo perverso. Sabía que nada menos una nueva revelación independiente, podría revivir las fortunas y restaurar la pureza de la fe en decadencia.”
Shaykh Ahmad, con 14 años, comenzó sus estudios en centros Chiíes de educación religiosa en Karbilá y Najaf. Tras varios años fue declarado Mujtahid, un intérprete de la ley Islámica. Compitió con Sufis y académicos neo-platónicos, y alcanzó una buena reputación entre sus detractores. Algo muy interesante fue que declaró que todo el conocimiento y las ciencias figuran (en su forma esencial) en el Corán, y que para sobresalir en las ciencias, debían de extraerse los conocimiento del Corán. Con este fin, desarrolló los sistemas de interpretación del Corán y trató de informarse de todas las ciencias actuales en el mundo musulmán.
También mostraba una importante veneración por los imanes, incluso más allá del alcance de sus contemporáneos, que abrazaron opiniones heterodoxas sobre la otra vida, la resurrección y el fin de los tiempos, así como la medicina y la cosmología. Sus puntos de vista sobre el alma hablan sobre un "cuerpo sutil" separado del cuerpo físico, pero asociado a éste. Fue este organismo el que ascendió a los cielos, y no lo que se decía, puesto que se pensaba que Muhammad había ascendido corporalmente, y esto también modificó el punto de vista sobre la ocultación del Imam Muhammad al-Mahdi. Se involucró en muchos debates antes de pasar a Persia, donde se instaló por un tiempo en la provincia de Yazd. Fue en Yazd que gran parte de sus libros y cartas fueron escritos.
Juan Cole, resume la situación en el advenimiento de la Escuela de Shaykhi, y las preguntas que hicieron,como su punto de vista cristalizado y dice:
Cuando Shaykh Ahmad al-Ahsa'i escribió, no había escuela Shaykhi, que sólo se creó después de su muerte. Se veía como una corriente chiíta, no como un líder sectario. Sin embargo, claramente innovó en el pensamiento chií, de manera que, hacia el final de su vida, provocó una gran controversia. Vivió en un momento en el que la rama del Islam estaba profundamente dividida sobre el papel de los musulmanes. ¿Era un ejemplo a imitar por los laicos, sin falta, o simplemente el primero entre iguales, unidos por una interpretación literal del texto sagrado como cualquier otro? ¿O era, como los sufíes mantienen, un polo que canaliza la gracia de Dios a los menos ilustrados que él? ¿Cómo podemos situar Shaykh Ahmad al-Ahsa'i con respecto a estas visiones del chií Islámico?
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